Joseph Sheridan Le Fanu

Muerta o viva, estatua o mujer, sombra o cuerpo, su belleza siempre era la misma; tan solo el verde brillo de sus pupilas estaba un poco apagado, y su boca, antes encarnada, era de un rosa pálido y tierno semejante al de sus mejillas.

Es un hermoso día para los hijos de la tierra y de la vida... ¡ah, más hermoso para las hijas del cielo y de la muerte!

Nunca existieron los días en que hubieras podido amarme, pero aquella a quien en vida aborreciste, será adorada por ti en la muerte.

Sus ojos eran un poema en el que cada mirada era una estrofa.

recuerda que el amor es siempre así. Cuanto más inmensa es la pasión, más egoísta resulta. No

un pequeño lunar en la garganta....
Mi

No es Marcia. Parece escrito con letras de oro. El nombre es Mircalla, condesa de Karstein

Nunca me he enamorado, y nunca me enamoraré —afirmó Carmilla—. A no ser que me enamore de ti...
A

Querida! Yo vivo en tí, y tú morirás en mí ¡Te quiero tanto!.
Me

Hace unos años vi tu rostro en sueños, y desde entonces me ha obsesionado de tal modo, que no he podido olvidarlo.