En aquella isla, las mujeres no lloran nunca delante de otros. Cuando lloras, es como si te desnudaras, o algo peor. Lloran por la noche, cuando se agota el aceite del candil y la mecha chisporrotea
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Conozco pájaros como tu dedo meñique, que te encuentras en pleno océano y no consienten en descansar en el mástil. Yo, en tierra, me mareo. El viaje más difícil, el más peligroso, lo hice sobre el asfalto
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Cuando cumplí los dieciocho años, le dije que quería ser marinero. «Hazte lo que se te antoje», me dijo, «menos rufián o maricón…». Se quedó algo pensativo: «Hay maricones que son valientes, íntegros. Pero un rufián íntegro, eso no se ha visto nunca»