Álvaro Valdivia Pareja

Desear la muerte no necesariamente significa «querer morir» en términos suicidas.

Los humanos tienden a centrarse en lo que les falta, en lugar de lo que han ganado, y, por tanto, distorsionan la realidad para reforzar los síntomas depresivos56.

Desear la muerte no necesariamente significa «querer morir» en términos suicidas.

Autoagresión: conducta voluntaria potencialmente dañina para la cual existe la evidencia (implícita o explícita) de que la muerte no es el objetivo perseguido. En muchos casos forma parte de una estrategia de afrontamiento deficiente para obtener «tiempo fuera» o reponer el desbalance entre estresores y recursos. Las consecuencias esperadas de las autoagresiones incluyen los cambios en las circunstancias del propio ambiente o estado interno de manera significativa.

Las personas con riesgo suicida deben expresar abiertamente lo que piensan, lo que sienten, pero ¿cómo pueden hacerlo si la respuesta social será discriminatoria?

Cada año, un millón de personas mueren por suicidio en el mundo, mientras que diez millones de personas lo intentan.

Los pacientes suicidas, que además desarrollan desesperanza, presentan un importante riesgo de cometer actos suicidas, ya que omiten selectivamente información positiva u optimista. En este sentido, desarrollan distorsiones cognitivas como filtraje y visión en túnel (distorsiones comunes también en diversos estados depresivos).

La desesperanza puede incluso desarrollar resistencias en el proceso psicoterapéutico porque los pacientes pueden selectivamente ignorar aquello que podría ayudarlos, prestándole atención exagerada a fracasos e ideas pesimistas. Cuando la esperanza se pierde, su recuperación debe ser un objetivo primordial, pues esta conforma un factor protector de alta importancia en procesos suicidas.

Las personalidades más sensibles al estrés y con menor capacidad de adaptación a los cambios convierten las situaciones ansiógenas en estados constantes, crónicos, que más asemejan un estilo de vida que una situación específica.

En términos generales, muchos suicidas muestran inseguridad, ambivalencia y visión generalizada de escasez de recursos ante diversos conflictos. Consideran que no son capaces de afrontar aquello que se les presenta y, por ello, su autoeficacia es percibida como inepta.