Scott Allan

Recuerda nuestra regla: cuánto más miedo tengamos de un trabajo o de una llamada, más seguros estaremos de que tenemos que hacerlo.”

“He aprendido a lo largo de los años que cuando uno se decide, esto disminuye el miedo; saber lo que hay que hacer elimina el miedo”

— Rosa Parks

Estamos cegados por las fuerzas en nuestras vidas que nos atrapan porque asumimos que la vida se supone que es así.

Cuando algo es arriesgado, ponemos excusas para no hacerlo. Entonces cuando se presenta una buena oportunidad, decimos, tal vez la próxima vez. Pero cuando llega la próxima vez, siempre hay otra excusa

¿Por Qué Nos Atrapamos Nosotros Mismos?

Nos reprimimos por muchas razones: miedo al fracaso, no poder estar a la altura, o evitamos parecer estúpidos. Así que en vez de hacer las cosas con miedo no hacemos nada en lo absoluto y la vida nos pasa de largo.

Está siendo reprimido por algo que no está más allá de su control. Es el resultado de años de conocimiento y viejas creencias que alimentan pensamientos negativos sobre quién es realmente. Se ha estado mintiendo a sí mismo acerca de lo grandioso que puede ser

Todos tenemos opciones que podemos tomar en cualquier momento. Cuando cree que no tiene elección, está tomando la decisión de creer eso y al hacerlo, está limitando sus oportunidades a tomar las sobras de los que llegan primero.

Esto nos lleva a la pregunta más importante de todas: ¿Es realmente a la vida a lo que le tenemos miedo? o ¿Sólo tenemos miedo de ser nosotros mismos en esta vida?

Cuando llegamos a la edad adulta, es hora de ser realistas, obtener una educación y conseguir un trabajo. He hecho todas esas cosas, y aunque no me arrepiento de nada, sé que, si hubiera seguido asustado y no hubiera seguido mi camino, un día sentiría el mayor arrepentimiento de todos: llegaría al final de mi vida y me daría cuenta de que hice muy poco para cambiarla.

Hay muchas cosas para las que debemos prepararnos, pero la perfección y el ser lo suficientemente buenos antes de empezar es la que nos impide hacerlo en primer lugar.

No es la confianza primero, sino la acción. La confianza va después de la acción. Primero lo hace y luego viene la confianza. Actuamos primero y luego experimentamos el coraje.