Además, hay algo irritante en la manera en que algunos poetas escriben sobre la poesía. Escriben como si esta albergase aún secretos absolutamente inalcanzables para los otros géneros. Los poetas siempre se han mostrado proclives a tratar la poesía como si esta fuese el alfa y el omega de la literatura, y ciertamente ha habido períodos en que se ha tratado de confirmar esta convicción. Pero eso ya está pasado de moda. La poesía sigue viva y, ciertamente, no es un género menor. Sin embargo, me parece poco prudente concederle esa incontestable superioridad a la hora de percibir y sentir en comparación con la prosa literaria o el teatro. Durante mucho tiempo, muchos se las han arreglado bien para ir montados a lomos de ese Pegaso, sin importar demasiado quién iba agarrado de sus crines y quién de su cola... La poesía, esto; la poesía, aquello... En muchas ocasiones, la palabra «poesía» podría ser sustituida por «prosa» y funcionaría igual de bien.