En la novela publicada en 2015, Invierno con mi generación, de Mauro Libertella, se narra la cotidianidad de las vacaciones de un grupo de adolescentes argentinos que acababan de terminar su secundario en 1996. Ahí aparece una imagen que me generó, también, ternura y horror por igual: el día es feo en la costa argentina y el grupo de amigos está encerrado. Solamente tienen un disco para escuchar. Ese disco es una copia pirata de Confort y música para volar: el MTV Unplugged de Soda Stereo. Ellos no pueden creerlo, están en un trance de casi un día entero de escuchar y escuchar en loop un mismo disco. No tienen otra cosa y el disco está buenísimo. No les interesa otra cosa. Parece que esa ausencia ni siquiera la sienten o de hecho sólo se concentran en una presencia que se impone: los perfectamente ejecutados caóticos mundos que presenta Confort y música para volar.