Juan Martín Prada

una teoría del ver y de la mirada en un contexto cada vez más condicionado por la conectividad digital.

una permanente ansiedad por atraer la atención de los demás.

Una mirada ya siempre dispersa la nuestra, sometida a la inmediatez de múltiples estímulos que se asoman a nuestras pantallas, y que nos sitúa en otra dimensión del tiempo de la imagen.

las políticas del ver y del dar a ver en el contexto de los medios sociales.

En este tratar el mundo como imagen opera una activa inserción de la comunicación digital en patrones icónicos.

Internet se va rindiendo a las lógicas televisivas[17], restando terreno al texto, dando prioridad a un permanente flujo de secuencias de imágenes en movimiento.

cuando el acto de registrar imágenes se hace, como sucede hoy, continuo, casi convulso, este registro parece acabar correspondiendo más a la tecnología de la visión empleada que a una intencional y subjetiva configuración del campo perceptivo.

una relación de instantaneidad con las imágenes, acompañada, por lo general, de una inadvertida ceguera social

las diferencias existentes en ese mar de imágenes son, en realidad, escasas

Pasamos la vida medio hipnotizados en un interminable desfilar de elementos visuales, en un continuo fluir de lo siempre-igual-siempre-diferente