«Debería» tener, si las tres habilidades básicas (lectura, escritura, números) no se hubieran reducido ahora a una: simple aritmética. Después de todo, un día mi hija tendrá que comprar y llevar una casa, ser una esposa devota y fiel. Para eso hacen falta las matemáticas, pero no la ortografía. Ni la literatura. Ni la voz.