Paulina Flores

Tú no tienes experiencias —le dijo—, tú acumulas vivencias, porque solo lo pasas bien, con las experiencias se sufre.

No es que Josiane le cayera mal, pero no podía respetarla. No podría respetar a ningún europeo, de la misma forma en que no podía respetar los sufrimientos de los cuicos.

Por supuesto, también había algo de envidia. Envidiaba su seguridad, sus pasos de conquistador europeo, su capacidad de apropiarse de los lugares que habitaba.

Los dos domingos al mes y el martes que tenía libre eran para él aún peores. Le agotaba el solo hecho de saber que al día siguiente tendría que volver a trabajar y no lograba descansar. Se pasaba todo el día acongojado por la injusticia de una nueva jornada, sufriendo la brevedad del tiempo y su avance implacable.

tres amigas caminando de espaldas al atardecer. Parecían las protagonistas rebeldes de un video pop, tramando planes para una noche eterna, y Valeria sintió el absurdo e imperante deseo de unirse a su hermandad y perderse con ellas

Tal vez fuera el cambio de ciudad, su pasado cuasicriminal, o el hecho de que en esa época estuviera pegada con Lana del Rey.

Yo cuando puse la bajada de ducha en el baño casi lloré. Jamás había tenido una bajada de baño que no estuviera sucia por los pies de otras personas.

Que fuera simple, le encantaba que fuera tan simple: que dijera que no escuchaba música en inglés porque no entendía la letra; que sonriera en las fotos; que subiera historias de pan con manjar a instagram, comida o cosas de primera necesidad como esa; que nunca se quejara de nada ni se riera con ninguno de sus chistes.

Y claro, que el sexo fuera increíble. Fotos de pan con manjar = buen sexo, anotó en su diario de vida.

Tal vez fuera el cambio de ciudad, su pasado cuasicriminal, o el hecho de que en esa época estuviera pegada con Lana del Rey