Y entre las lenguas de fuego del río Bravo y el río Suchiate,
este enorme jardín de muerte para los niños difuntos de Centroamérica, fértil camposanto llamado México:
lejos de Dios y cerca, muy cerca, de polleros,
policías, migras, narcos, coyotes, proxenetas,
pederastas, traficantes, asaltantes…