Balam Rodrigo

  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    2. Como México no hay dos: ¿Qué cosecha un país que siembra cuerpos?

    El corazón es un animal en exilio

    cuya patria es el amor.

    El migrante es un ángel sin patria

    cuyo país es el dolor.

    El exilio es una patria sin corazón

    cuyo nombre es México.

    México es un animal con rabia

    que migra, sin amor.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    3. El Zur de VeracruZ, triángulo de laz Bermudaz para loz migrantez

    Zólo VeracruZ eZ bello.

    Zólo VeracruZ eZ miedo.

    Zólo VeracruZ eZ violazión.

    Zólo VeracruZ eZ zecueztro.

    Zólo VeracruZ eZ extorzión.

    Zólo VeracruZ eZ dezaparizión.

    Zólo VeracruZ eZ narco.

    Zólo México eZ mazacre bello.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    4. Migrantes en México: los muertos de nadie

    En este inhumano mar humano no alcanzarían

    ni todas las estrellas ni los granos de arena del desierto

    para contar la muchedumbre de los muertos,

    los desaparecidos, los violados, los torturados, los vejados,

    los prostituidos, los aniquilados, los desmembrados,

    los masacrados, los hijos de Centroamérica deambulando

    entre las llamas de un abismo llamado México.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Y entre las lenguas de fuego del río Bravo y el río Suchiate,

    este enorme jardín de muerte para los niños difuntos de Centroamérica, fértil camposanto llamado México:

    lejos de Dios y cerca, muy cerca, de polleros,

    policías, migras, narcos, coyotes, proxenetas,

    pederastas, traficantes, asaltantes…
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Alguien enciende un cigarro y arden también,

    por un momento, los rostros.

    Los cigarrillos son tábanos de luz hiriendo el aire.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    La corpulencia de La Bestia contrasta

    con la anorexia de las sombras:

    árboles esqueléticos tiemblan contra la niebla,

    al igual que nosotros, harapos de carne

    inmersos en la coagulación de la noche.

    Alguien que grita contra el frío, reza:

    ¿Centroamérica, Centroamérica,

    por qué me has abandonado?
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    EL MIGRANTE

    Y cuando despertó, la migra todavía estaba allí.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Azotábamos un canto rodado sobre el otro,

    y el estruendo de chispas de la voz caliza

    brotaba del ósculo espontáneo de las rocas

    que aturdían bajo el agua peces y mojarras

    que salían flotando a la superficie sin aletear,

    anestesiados buzos bajo escafandras de escamas

    color plata; emergían hipnotizados por el puñetazo

    de las aguas y los relámpagos de piedra,

    y se entregaban, dóciles niños dormidos,

    en nuestras manos.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Era nuestra pesca un sueño del neolítico,

    memoria de ancestros Cromañón y su corazón vegetal,

    sin más herramientas que la fuerza de una roca

    latiendo entre las manos; párvulos que encendíamos

    hogueras de agua en los meandros de los ríos,

    juntando sardinas y su moneda dulce

    para matar el hambre y comprar con monedas de sol

    los peces que chisporroteaban en el aceite del sartén

    de mi madre para comerlos fritos en manteca,

    una vez vueltos a casa, cansados, llenos los ojos

    de sueños y hojarasca
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Río Despoblado: hay dos difuntos en la foto.

    El primero es Ervin Iguanita. Jugó futbol en el Comalchis,

    nuestro equipo de la infancia; hábil y de sobra arisco,

    reptiliano, mejor portero al atajar las penurias del mundo.

    Era oscuro como la grasa que untaba en los zapatos

    que boleaba, día tras día, lavando pies de polvo

    en las bancas de cemento del parque.

    Guardaba todas las herramientas del oficio

    en su pequeña caja de bolero. Fue asesinado

    cobardemente cuando rayaba quince años

    por Martín Cochero, homicida con filo de cuchillo

    hundido en la tetilla izquierda de Ervin,

    clavándolo para siempre al madero de la agonía.

    Cochero se enojó porque Iguanita cambió

    la incesante y repetida canción en la rocola de la cantina,

    lo que a Martín no le gustó. Sin embargo la canción

    de Iguanita siguió rebotando por siglos de un minuto

    en la palapa de Tomboy, y terminó justo cuando Ervin

    boleaba el piso de la cantina con su sangre
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