Aun así, a pesar de que las madres y el trabajo reproductivo son valorados en todas las sociedades patriarcales, es una valoración ambigua. Aunque es una actividad bien valorada, o incluso muy bien valorada, no se trata nunca de una valoración que sobrepase en prestigio al prestigio masculino, ni que otorgue poder, simplemente se trata de una compensación subjetiva.