Núria Vilanova

  • Adrián Chávezhas quoted9 months ago
    Estudios recientes sostienen que la capacidad de atención y concentración de lectura de los más jóvenes se ha reducido a ocho segundos.
  • Adrián Chávezhas quoted9 months ago
    omo gran diferencia respecto a las generaciones anteriores está el modo en que la tecnología ha condicionado su forma de aprender: gracias a internet se han acostumbrado desde pequeños a no depender tanto de padres y docentes para adquirir el conocimiento, a utilizar de manera inmediata fuentes tan dispares en su naturaleza como indiferenciadas en la forma de acceder a ellas, a recibir cantidades ingentes de datos y a discriminarlos con arreglo a su propio criterio.
  • Adrián Chávezhas quoted9 months ago
    La otra cara de la moneda es que, desaparecido el principio de autoridad e instalados en la creencia de que toda voz merece ser escuchada y tenida en cuenta, es posible que estemos ante una generación peor informada que la anterior, pese a su gran facilidad de acceso a fuentes del saber de todo tipo. De hecho, fenómenos como el masivo reclutamiento terrorista en la red o la aparición de nuevos delitos vinculados a internet como el ciberbullying, la ciberpornografía o los «retos suicidas», entre otros muchos, nos alertan de lo anterior.
  • Adrián Chávezhas quoted9 months ago
    La conjunción de dos elementos han provocado cambios profundos y rapidísimos que superan lo económico y que están capilarizándose en todos los aspectos de nuestras vidas y que son consustanciales a la generación Z. Esos dos factores son la disrupción tecnológica y la permanencia de la crisis económica desde 2007.
  • Adrián Chávezhas quoted9 months ago
    Pero la principal particularidad, no obstante, tiene que ver con la forma en que aprenden y obtienen la información, y que presumiblemente constituirá un rasgo que los acompañará toda la vida. La generación Z es la primera que archiva y procesa la información de manera similar a como lo haría un ordenador. Hasta ahora, las personas, usuarias o no de la tecnología, organizaban mentalmente sus archivos de forma análoga a la de una biblioteca, ordenados por temas, jerarquizados de acuerdo con la fuente e inmutables a la hora de disponer de ellos para crear nueva información. Se trata de unas rutinas de aprendizaje y procesamiento –herederas de lo que se denominó galaxia Gutenberg– y que condicionan una estructuración del saber de manera acumulativa, lineal y compartimentada. A diferencia de quienes los han precedido, los jóvenes Z se han sumergido en la cultura tipográfica no solo a través de libros, sino también de soportes interactivos y multimedia conectados a internet. En consecuencia, el conocimiento para ellos pierde su lineabilidad para convertirse en una realidad nebulosa donde la información no está jerarquizada y, de estarlo, es el criterio comercial y no el académico el que prima en la ordenación de los contenidos. Una nube en la que todas las opiniones valen lo mismo y en la que cada pieza de información puede ser alterada, adaptada o modificada por el usuario, que, además de consumir, produce nueva información, cuya mejor o peor calidad no impedirá que esté accesible globalmente. Este cambio, residenciado casi a nivel neurológico, es la gran diferencia con respecto a las generaciones anteriores y comporta profundas implicaciones que van a trascender el plano educativo
  • Juliana Rojashas quotedlast year
    Son jóvenes nacid
  • Juliana Rojashas quotedlast year
    Muy rápido se mueve el cibercrimen
  • Juliana Rojashas quotedlast year
    Moverse y no dejar de moverse para entender a los jóvenes Z. Porque si el mundo sigue igual y se para, como el pilpil, se echará a perder.
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