Enrique Bernárdez

  • aquinterolinanhas quotedlast month
    Cuando se agotan los alimentos y la bebida que llevaban, se cierne sobre ellos el frío más gélido.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    El zorro tiene un pánico infantil a las tormentas. Se entierra en un montón de nieve o se precipita de cabeza en un abismo, o huye hasta más abajo del límite del hielo; y allí se queda acurrucado hasta que todo ha pasado»
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Dio gracias a Nieve y Viento por el amparo que le habían concedido en aquel maravilloso lugar del mundo; desde allí, la mirada se extendía hasta muy lejos sobre el níveo desierto
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    se despojó del resto de las ropas y quedó sentado en la roca como Dios lo trajo al mundo:
    Cubierto solo por su piel desnuda.
    Era un hijo de la Tierra, nieto del Sol
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Todo el largo día corrió el zorro por colinas y brezales… y el hombre seguía sus huellas, ya muy cerca.
    Aquel animal era la guía que le indicaba lo que tenía que hacer en el mundo de la realidad
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    En aquella parte del país, los zorros pardos eran tan raros que la presencia de uno solo se consideraba una gran noticia que llegaba a todas las granjas. El negro, el retraído, el bailarín y el chillón: todos eran aquel único zorro
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    primer sonido desde que Fridrik el herbolario le comunicó que su amiga Abba había muerto, que era el suyo el cadáver de una señora que el párroco le había enviado a recoger, y que el ataúd que ve allí en el cuarto será dado a la tierra en el cementerio de Dalbotn
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    PS. Hoy noche soñé con un zorro pardo. Correteaba por los montones de nieve y se dirigía hacia el valle. Era bien gordito, y tremendamente peludo
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Fridrik el herbolario vuelve a entrar en la casa. Alberga la esperanza de que Hálfdán, por muy tonto que sea, no tenga la ocurrencia de levantar la tapa del ataúd y mirar lo que hay dentro, a mitad de camino
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Y entonces se despiden, el hombre que se hizo cargo de Abba y el que fue su novio cuando estaba viva
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