Virgnia Woolf

. El arte es el primer lujo que se descarta en tiempos de crisis; el artista es el primero de los trabajadores en sufrir. Pero intelectualmente también depende de la sociedad. La sociedad no es solo la encargada de su paga, sino también su mecenas. Si el mecenas se encuentra demasiado ocupado o distraído para ejercer esta facultad esencial, el artista trabajará en un vacío y su arte sufrirá y tal vez perecerá por falta de entendimiento.

Un escritor tiene que mantener la mirada puesta sobre un modelo que se mueve, que cambia; sobre un objeto que no es un objeto sino innumerables cosas. Solo dos palabras cubren todo lo que un escritor observa: vida humana.

Esto prueba que estamos en la oscuridad en lo que concierne a los escritores; cualquiera puede elaborar una teoría; el germen de una teoría es casi siempre el deseo de probar lo que el teórico quiere creer.

Para los psicólogos, el escritor es una ostra: se lo alimenta con datos arenosos, se lo irrita con fealdad y, a modo de compensación, como dicen, producirá una perla.

Pero debemos recordar que las influencias son infinitas; los
escritores son infinitamente sensibles y cada autor tiene su propia sensibilidad. Es por esto que la literatura siempre está cambiando, como el clima, como las nubes en el cielo.

El pensamiento debe estar basado en hechos, y aquí tenemos intuiciones en lugar de hechos, las luces y sombras que vienen después de que leemos los libros, la superficie cambiante de una gran extensión de letras impresas

Podemos verlo ahora, pero los mismos autores parecen inconscientes de solo estar lidiando con un tipo, el tipo formado por la clase social en la que nacieron, con la que están más familiarizados. Y esa inconciencia era una inmensa ventaja para ellos.

La inconciencia, que en teoría significa que el subconsciente trabaja a toda velocidad mientras la conciencia dormita, es un estado que todos conocemos.

Si inferimos que “tranquilidad” significa que el escritor debe abrazar el estado de inconciencia antes de crear,

Leer, escuchar, hablar, viajar, tiempo libre: muchas cosas aparentemente diferentes que se mezclan.