Marta Elisa De León

Nunca supieron qué sucedía exactamente, pero si lo intuyeron o sospecharon no dijeron nada, porque todo lo demás “estaba en orden” y eso era lo que importaba. Las apariencias y evitar conflictos.

Pagar para experimentar la sexualidad plena es una contradicción,

Ser puta es un poco como ser basurera: acoges en tu ser lo que ese hombre no puede o no sabe dejar en otra parte. Pero no sería basura si no fueran contenidos tan sombríos, tan escondidos, tan reprimidos.

Hay que desenmascarar ese mito que dice que ser puta es el oficio más viejo del mundo. ¡Qué gran mentira! Seguro que el más viejo oficio fue cazador, recolector o constructor de herramientas, pero no puta. ¿En qué mente cabe semejante deducción? Tuvo que ser una mente ciega para otra realidad que no fuera la suya propia, una mente incapaz de salir de la pequeña perspectiva de su sociedad y que, además, apoyaba la existencia de la prostitución. De otro modo, no se entiende.

Y parte de eso es “encontrarse” unos a otros. Hombre y mujer, verse, reconocerse, conocerse, amarse... Las relaciones amorosas deberían ser lo más natural y lo mejor vivido, pero en cambio resultan una fuente interminable de conflictos y sufrimientos para muchísima gente. Que llevemos milenios así en algunas partes del mundo no significa que siempre tenga que ser igual, o que siempre haya sido así. Por lo tanto, ha de haber un camino que nos conduzca de nuevo hacia la cordura “relacional” entre hombre y mujer.

Curarse a menudo significa repensarse, pero esto va asociado con ser capaz de repensar todo el modelo de vida en el cual has creído hasta entonces.

Utilizó la extenuación del cuerpo para abotargar sus sentidos. Se saturó de fiesta, de ruido, de estímulos, de bebida, de sexo, de distracciones, en definitiva, todo para no parar, para no estar en silencio, por si acaso se escuchaba a sí misma, o por si acaso escuchaba, de repente, a esos seres a los que rezaba.

tuve que reconocer que tal vez pensar positivo no era agarrarse a la idea de que no existían cosas capaces de dañarte... sino ser capaz de verlas sin temor,

Flotas... y andas como alma errante por el mundo. Crees que sabes más que nadie, pero en realidad solo sabes cosas de ese mundo sombrío, de ese mundo “de muertos” donde trabajas, con otras putas muertas, donde todo es fantasía, fantasía, fantasía. Eterna evasión, irrealidad o realidad virtual, mundo sin cimientos, visiones sesgadas, retorcidas, deformadas.

Sin adoctrinar, pero convirtiéndose en el oyente perfecto, que es ese que manifiesta abierta y claramente interés por lo que acabas de decir. No hay que tener miedo, pues, de preguntar más, de invitar a contar.