Por eso el amor es una trampa: millones de mujeres se enamoran de donjuanes creyendo que el amor los transformará en hombres monógamos, fieles y honestos. Otras tantas creen a los hombres casados, aunque pasen años prometiendo que el próximo mes se divorciarán de sus esposas. También hay muchas que aguantan la violencia de su pareja creyendo que en algún momento algo ocurrirá y él cambiará. Así es como interiorizamos el patriarcado: nos autoengañamos para autoboicotearnos,