Santos locos poesía

  • Anahas quoted2 years ago
    ¿Cuándo se reemplaza un deseo
    por uno nuevo?
    Imposible saberlo:
    las transiciones nunca son ordenadas.
  • O Hastingshas quoted2 years ago
    Mi angustia se festeja a sí misma
    igual que un borracho
    se ríe al final de sus propios chistes.
  • Sophiahas quotedlast year
    No querer
    da la misma tristeza
    que no ser querida.
  • Sophiahas quotedlast year
    esa costumbre
    de protegerse
    de lo que encanta
  • Vero Escobarhas quoted2 years ago
    Todo eso
    Yo quería decirle
    lo ambiguo
    lo taco embarrado
    lo roto al amanecer
    Quería decirle lo rimmel corrido
    lo boca seca
    lo trunco
    mueca de una falta
    neurosis
    Quería lo cavidad vacía
    lo fuera de toda importancia
    un berrinche con mocos
    una muerte superficial
    un ruido que se escucha lejos por la resaca
    (y el botón
    y los olores propios
    y las lenguas ajenas
    y el cuerpo recuperado de un embudo con dientes
    que tiene nombre de mujer
  • Lilihas quoted2 years ago
    Amiga,
    ¿Qué se hace con el silencio?
    Estoy muy sola
    intento masturbarme y me perturba la tristeza.
  • Felix Villacishas quoted6 months ago
    Aprender a habitar
    el cuerpo
    como en algún momento
    se aprende
    a habitar el mar:
    con una caricia
    precavida,
    tratando de no
    cortarse con las olas
    intentar que arda
    lo menos posible
    avanzar
    hasta lo más hondo
    ir perdiendo
    el miedo.
  • Moncerrathas quoted2 years ago
    Objetos perdidos (I)

    Ahora que llueve
    el paraguas que dejaste acá
    es todavía más irónico.

    De la última vez que nos vimos,
    apenas queda ese objeto
    que descansa en un rincón
    para consolarme:
    ser olvidado no es algo
    que me pasa solo a mí.
  • Nicté Toxquihas quoted8 months ago
    porque cuando no se tuvo nada que
    perder sólo queda la costumbre
    de mirar más allá de la supervivencia
  • Alondrahas quotedlast year
    Estoy cansada
    y me parece que perdí
    todas las creencias
    que me acercaban a la tranquilidad.
    Pero las cosas no son
    tan diferentes ahora.
    Después de todo,
    eso que me enseñaron de chica
    rezar
    no era más
    que repetirme un poema en la cabeza
    una y otra vez
    hasta quedarme tranquila
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