Esta época nos regala un nuevo modelo de artista consagrado y amado. Es el artista con muchos seguidores que llenan los estadios, le hacen batir récords, ven todo lo que hace, pero no les gusta su música, no se emocionan con sus canciones. ¿Y qué celebran entonces? Lo que celebran es la persona. Son como un club de fans de la persona. Son los artistas que trabajan en su imagen política, trabajan para caer bien. En definitiva, este siglo nos regala a escritores que odian escribir, y a cantantes que odian cantar, con fans que odian sus libros y sus canciones.