el obstáculo con el que más tropiezan los aprendices y practicantes: el transformar las quejas de los consultantes en una demanda viable de ser atendida, evaluada y consensuada por todos o la mayoría de los involucrados, tomando en cuenta sus necesidades, deseos y las responsabilidades que han de asumir para conseguirla; una demanda, en suma, que cumpla la máxima de perseguir la autonomía de las personas y la justicia de los sistemas a los que pertenecen.