Me gustaría insinuar que no te he reconocido a la primera porque te has hecho algo en el pelo, pero no te has hecho nada en el pelo, nada que pueda disculparme por no reconocerte. Lo que has hecho en realidad es envejecer. No me lo creo. Eras de mi edad, y ahora estás mucho mucho mucho mayor que yo. Podrías ser mi madre. A menos, claro, que yo parezca tan mayor como tú y no lo sepa. Pero eso no es posible. ¿O sí?