Juan Manuel Salmerón Arjona

una época en la que la excelencia literaria coincide cada vez más con la habilidad de entretener. El escritor: aquel que, vigilado por su editor, que es la presencia humana más importante de su vida, inventa tramas. Eso significa que la emoción fundamental que se busca suscitar en el lector es la del reconocimiento. ¡Qué verdad es! ¡Cómo se parece todo eso a lo que me pasa! ¡Así es exactamente! Pero para que este delicado e incierto prodigio psicológico se produzca, el escritor debe pagar un precio. Debe, a costa de sacrificar notables aspectos de su vida y su carácter, pare

de su vida y su carácter, parecerse lo más posible a sus lectores.

Dejad que muera

bajo las flores

en primavera

un día

de luna llena.

Saigyo

Por eso la sakura

gira en torno a la breve vida y pronta y predecible muerte de la flor, que es efímera como la vida misma.

muebles, la Casa Señorial es, por la noche, un bosque en el que todo ocurre de común acuerdo, en el que a un chasqu

La belleza, sin valentía, se convierte en un problema.

la verdad de la carne, desnuda, expuesta, sin pudor, vence siempre a la mentira.

un edificio neoclásico vigilado día y noche por furgones de policía

se pasea con cara de pocos amigos.