Empecé a tener sentimientos encontrados respecto a Laroche. No me gustaba ir en el coche con él pero disfrutaba oyendo la versión que daba de su vida. La nuestra no era una amistad por afinidades. Él era un tipo trasnochador, fumador, consumidor de comida basura y transgresor de la ley, cosas todas ellas que yo no soy. Pero sí soy de esas personas que encuentran atractivo a ese tipo de gente. Muchas de las cosas que contaba eran increíbles, asombrosas, disparatadas o totalmente inverosímiles, pero nunca eran aburridas.