captó la atención de los telespectadores con su primera escena: Tommy Shelby llega a la ciudad como si fuera un temido forajido del Oeste americano. Mujeres asustadas se apartan de su camino, los niños le lanzan miradas furtivas desde sus escondites y lo único que se oye son las pisadas de su caballo pura sangre. Sin nadie a su alrededor, el jinete se detiene. Sin embargo, no está en el Salvaje Oeste ni es un pistolero, sino un hombre poderoso en las calles del Birmingham industrial de 1919. Vestido de manera distintiva y elegante, con un traje de tres piezas y una camisa con el cuello almidonado, pero sin corbata, resulta una presencia imponente a la par que misteriosa; sensación que se intensifica gracias a la