Jesús Hernández Martínez

  • olgaumberthas quoted10 months ago
    En 1837, una campesina de 42 años, Maria Anna Schicklgruber, tuvo un hijo natural,
  • Henri López Pinedahas quoted8 months ago
    Esto es típico de este mundo burgués; son cobardes en los momentos de peligro y fanfarrones cuando todo ha pasado».
  • Fernando Larahas quoted2 years ago
    veces es necesario y forzoso que un hombre muera por un pueblo, pero nunca un pueblo entero debe morir por un hombre.
  • Fernando Larahas quoted2 years ago
    Joachim von Ribbentrop,
  • melgiovanna1511has quoted2 years ago
    En las fotos, Alois Hitler aparece con cabello corto estilo militar, cejas pobladas, un rígido bigote y unas grandes patillas que le enmarcan el rostro pulcramente afeitado.
  • Joan Garcíahas quoted3 months ago
    Para él, las cualidades que permitían al hombre conseguir sus objetivos eran la astucia, la habilidad para falsear la realidad y la eliminación de todo sentimentalismo y, por encima de todo, la fuerza de voluntad.
  • Joan Garcíahas quoted2 months ago
    «Comprobé entonces una cosa que había sentido en lo más profundo de mi corazón, pero que jamás había podido conocer con certeza: ¡Yo sabía hablar!
  • Paola Garcíahas quoted2 years ago
    No obstante, su pangermanismo había surgido ya con fuerza en Linz, en donde Hitler se dedicaba a leer con asiduidad los diarios que defendían la integración de Austria en una Gran Alemania y que hablaban de los «compatriotas alemanes».

    Uno de los productos más confusos de la literatura panfletaria racista era el folleto Ostara, editado por un antiguo monje cisterciense que, en 1899, abandonó su monasterio y cambió su nombre, Adolf Josef Lanz por el de Jörg Lanz von Liebenfels. Instalado en un castillo, desplegó una bandera con la cruz gamada y se dedicó a predicar una nueva ideología basada en la pureza racial.
  • Paola Garcíahas quoted2 years ago
    Su mefítico vocabulario incluía descripciones de lo que él entendía como esterilización, deportación y exterminio de los individuos de «razas inferiores». Esa publicación quincenal, que mostraba atrayentes portadas, cayó en manos de Hitler, quien absorbería su contenido con la avidez de una esponja.

    Por entonces, los judíos eran quienes, a ojos de Hitler, representaban ese papel de «raza inferior». La capital austriaca contaba con una amplia colonia judía, tanto en las capas altas de la sociedad como en las más humildes. Estos últimos, carentes de medios, habían llegado desde la región de Galitzia y eran visibles en las calles de Viena al ir vestidos con el típico caftán y mostrar largas barbas y tirabuzones en las sienes. Por su parte, los judíos mejor situados jugaban un papel pre
  • Paola Garcíahas quoted2 years ago
    ponderante en el ámbito de la prensa, la ciencia, la economía y la cultura.

    En la mente de Hitler, esa combinación situaría a los judíos en el epicentro de sus miedos y sus frustraciones, convenciéndose a sí mismo de que, detrás de la inquietud social que él intuía, existía una conspiración mundial de los judíos para destruir y subyugar a los pueblos arios, como un acto de venganza ante la propia inferioridad. Para él, el judío era responsable de todo, desde el modernismo que tanto le disgustaba en la música y en las artes plásticas, hasta la pornografía y la prostitución. Según Hitler, el judío era el responsable tanto de la explotación de las masas por el capitalismo como de su opuesto, la explotación de las masas mediante el socialismo.
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