Las sociedades durante sus transformaciones, han generando diferentes formas de producir y consumir música. Los adelantos tecnológicos han cambiado la forma de acceder a esta, pero, no ha cambiado la forma como se percibe y se siente (Leman, 2008). La música evoca en el oyente diferentes sensaciones que lo alejan de la rutina y es capaz de producir felicidad, bienestar o remembranza