En realidad, las brujas, gracias a sus conocimientos sobre las propiedades de las hierbas, fueron curanderas populares, capaces de medicar y sanar a hombres y animales. Eran personas que no aceptaban la moral común ni las sofocantes leyes del patriarcado y que realizaban ritos religiosos precristianos en honor a alguna divinidad pagana. Practicaban el chamanismo, sabían predecir el futuro, curar el mal de ojo y ayudar a los demás con sencillos rituales.