Liliana Colanzi

Odia su nombre, que quiere decir arco iris y que a ella le parece cursi.

Mi abuela se había encargado de sacar a Elsa del monte cuando era jovencita, pero años de vida en la ciudad no habían podido sacar al monte de adentro de mi nana.

En Cornell nadie cree en nada. Se gastan muchas horas discutiendo ideas, teorizando sobre la ética y la estética, caminando deprisa para evitar el flash de las miradas, organizando simposios y coloquios, pero no pueden reconocer a un ángel cuando les sopla en la cara.

Era mayor, tendría veintiocho años.

DECÍA MI ABUELO QUE CADA PALABRA TIENE SU DUEÑO y que una palabra justa hace temblar la tierra.

l-l-la curiosidad e-e-s la ba-ba del diablo.

Tu corazón es como la hormiga, nada ve y sólo sabe picar.

aquí te entregamos la lengua, tuya es nuestra voz. Un último sonido, y nos abrazamos a lo oscuro.

Entre las cuevas más impresionantes está Naica, la mina de selenita de Chihuahua

El deseo que circula entre los dos es un campo magnético capaz de resucitar a la ciudad escondida bajo tierra.