El abuelo dice que cuando una estrella va a apagarse primero se hace muy grande, luego se contrae hasta ser muy pequeña, hasta que solo queda su corazón, antes de explotar y lanzar sus pedazos por todo el universo —dijo y no sé por qué la escuché, pero lo hice conforme movía sus manitas y se quitaba la cadena que llevaba alrededor del cuello—. Oro disparado a toda velocidad que impacta sobre las entrañas de la Tierra. Por eso vale tanto dinero, es lo más cerca que estaremos de tocar otra galaxia, y el abuelo no puede comprarle a la abuela todo el que desearía. —Repitió palabras memorizadas—. Toma. —Me regaló un colgante de un reloj de arena con los bordes dorados y me dijo entusiasmada que ese cristal, además de granos finos y el órgano vital de un astro, escondía el secreto del tiempo según su abuelo.