Se trataba del mapa de Joya de mi madre. Era de antes de la Prohibición, antes de la llegada del Gobernador, incluso antes de que la familia de papá se instalara allí, procedente de Afrik. Lo dibujaron cuando la isla todavía flotaba y papá decía que si Arinta era real —y, por supuesto, yo sabía que lo era— habría vivido en una Joya muy similar a la que estaba delineada en ese mapa