La pasión según G. H

La alegría de perderse es una alegría de sabbat. Perderse es un peligroso hallarse.

¿Me sucedió algo que quizá, por el hecho de no saber cómo vivir, viví como si fuese otra cosa?

Perderse significa ir hallando y no saber qué hacer con lo que se va descubriendo.

sustituiré el destino por la probabilidad.

Ayer, sin embargo, perdí durante horas y horas mi montaje humano. Si tuviese valor, me dejaría seguir perdida. Pero temo lo que es nuevo y temo vivir lo que no entiendo; quiero siempre tener la garantía de, al menos, pensar que entiendo, no sé entregarme a la desorientación.

Estoy desorganizada porque he perdido lo que no necesitaba?

... Estoy buscando, estoy buscando. Intento comprender. Intento dar a alguien lo que he vivido y no sé a quién, pero no quiero quedarme con lo que he vivido. No sé qué hacer con ello, tengo miedo de esa desorganización profunda. Desconfío de lo que me ocurrió.

Esa imagen de mí entre comillas me satisfacía, y no solo superficialmente. Yo era la imagen de lo que no era, y esa imagen del no ser me colmaba por completo: uno de los modos más fuertes de ser es ser negativamente. Como no sabía yo lo que era, entonces «no ser» era mi acercamiento principal a la verdad: al menos, tenía el otro lado: al menos tenía el «no», tenía mi opuesto. No sabía cuál era mi bien, así que vivía con un cierto pre-fervor lo que era mi «mal».

siempre me habían visto ser, y así me conocía yo. No supe decir lo que era. Pero, al menos, quiero acordarme: ¿qué estaba haciendo yo?

Aquella mañana, antes de entrar en la habitación, ¿qué era yo? Era lo que los demás