acostumbrado a quemar grasa solamente. Ya no ansiamos los carbohidratos, y tendemos a llenarnos más deprisa y a permanecer así durante más tiempo. Cuando comemos carbohidratos, no incrementan nuestro nivel de azúcar en sangre como antes, y el azúcar en sangre regresa a su estado normal con mayor rapidez. Incluso es posible que el cuerpo se adapte a la grasa sin que ni siquiera nos demos cuenta