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Marcos Brunet

Hogar Dulce Hogar

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CADA CASA COMO UN ALTAR DE ADORACIÓN

La cultura se forma y se vive en casa, en el núcleo familiar.

Es ahí donde debemos ejecutar los principios del evangelio del Reino.

Estos siete consejos propuestos no son “claves infalibles del éxito”,

sino apenas un modelo comprobado de cómo vivir la cultura del Reino.

No es algo innovador o que estemos descubriendo ahora,

sino más bien un rescate del plan original de Dios:

La familia como una expresión del gobierno de Dios en la tierra.

Desde el Edén esto es algo bien conocido, poco aplicado y muy necesario.

1 GOBIERNO TEOCRÁTICO / 2 LUGAR DE INTIMIDAD / 3 PUREZA

4 SEGURIDAD / 5 SALUD / 6 COMUNIÓN / 7 DESCANSO
This book is currently unavailable
33 printed pages
Publication year
2016
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Impressions

  • Willson Barrientosshared an impression6 years ago
    👍Worth reading
    💞Loved Up

    Bello y precioso. Hogares como altar de Adoración para nuestro amado Señor.

Quotes

  • b6329587001has quoted6 years ago
    - Tomar la cena del Señor con entendimiento y revelación de lo que Cristo hizo y hace por nosotros.
    - Adoración continúa en el ambiente.
    - Confesión de pecados. Vivir una vida JUSTA.
    Cuando el paralítico entró por el techo de la casa donde Jesús estaba, lo primero que Él dijo para la sorpresa de todos, no fue: “levántate y anda”, sino: “tus pecados te son perdonados” porque hay una relación tremenda entre los pecados y varios tipos de enfermedades, Marcos 2.
  • b6329587001has quoted6 years ago
    Sebastián Palermo, médico y pastor, recomienda algo muy poderoso que consiste en crear “Ámbitos de sanidad”, una serie de elementos que se deben dar para que la salud de Dios permanezca en nuestra vida:
    - Una alimentación balanceada y saludable, que provea las vitaminas necesarias en el cuerpo, para levantar el sistema defensivo ante los cambios climáticos.
  • b6329587001has quoted6 years ago
    «Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades
    y cargó con nuestros dolores.
    Con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de
    Dios y afligido. Pero Él fue herido por nuestras
    transgresiones, molido por nuestras iniquidades.
    El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él,
    y por sus heridas hemos sido sanados»
    Isaías 53:4-5 - LBLA

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