Los poemas del libro Euridiciente configuran la memoria de una gitana, de una nómada que recorre el mundo en un exilio de siglos. Los versos de este libro, a veces son una sola letra, una palabra rota, un tartamudeo grave; otras, forman un torrente que reverbera. La voz lleva el ritmo de la sangre calé que la recorre en doble ascendencia, la paterna española y la materna rumana. Del cante jondo cruza su voz hacia la melancólica doina de amor, doina de la soledad extendida en un vibrante gorgeo, canto impregnado de dor. Dor es la palabra que caracteriza el sentimiento del pueblo Rumano, desasón en cuerpo y alma del presente, anhelo de aquello que se ha perdido, Dor es certeza de habitar un exilio y al mismo tiempo Dor es compañía, es la soledad que acompaña, la doina es otro cantar por soleares.