En 2019, en pleno debate sobre las jineteadas, el político del Partido Nacional y exintendente de Cerro Largo, defensor de la tradición gaucha, dijo: “No saben (los que piden la abolición de las jineteadas) que a los caballos hay que domarlos y que si no se los doma no pueden hacer tareas para las que son imprescindibles. Los caballos que no son domados —por su peligrosidad o su carácter— van rumbo al frigorífico. El tropillero agarra a esos caballos, los engorda, los cuida para llevarlos a las criollas. Esos caballos no trabajan ni 30 segundos al año. ¿Qué están proponiendo los animalistas, que los lleven directo al matadero?”.