Lidera con sentido del humor

Es decir, contar un chiste malo está bien, pero contar un chiste inapropiado es bastante perjudicial para tu imagen.

Solo hay que recordar cuando Trump hizo mofa de la discapacidad del periodista Serge Kovaleski e imitó su voz y el síndrome que limita el movimiento de sus brazos. Los británicos dicen: «Whatever you laugh at loses power, whoever you laugh at loses power». Si te ríes de una cosa, esa cosa pierde poder…, pero, si te ríes de alguien, el que pierde poder eres tú

De este modo, si no lo haces por el otro, hazlo por ti: cuando haces bromas sobre alguien que no está, realmente el que está quedando mal eres tú.

La mejor forma de no equivocarse es nunca hacer bromas sobre una persona concreta.

Quizá quieres probar con chistes sobre terrorismo? Por sus tuits sobre judíos e Irene Villa, Guillermo Zapata tuvo que dimitir como delegado de Cultura, aunque, de puro milagro, mantuvo su puesto como concejal de distrito

Así pues, más que separar espacio personal y profesional, mejor abandona el humor agresivo en tu dimensión personal y no aflorará en tu dimensión profesional.

En este contexto bromas de esta naturaleza son síntoma del machismo rancio y puede volverse crudamente en contra del hombre que los use.

«Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.»

Cuando te ríes con otras personas, les demuestras que te gustan, que estás de acuerdo con ellas o, simplemente, que estás en el mismo grupo que ellas –dice–. La risa es un índice de la fuerza de una relación»

«La gente piensa genuinamente que se ríen de las bromas de los demás, pero, dentro de una conversación, la persona que más se ríe en un momento dado es la persona que está hablando».