No hay punk rock ni fiesta de egresados,
ni zapatos baratos de taco alto abandonados en la lluvia
en un estacionamiento,
ni botellas vacías de tinto de verano
porque nosotros éramos las botellas vacías,
ni tampoco arrojarlas contra la pared de detrás de la escuela,
porque nosotros éramos los vidrios
que se hacían pedazos.