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Raniero Cantalamessa

Y vosotros, ¿quién decís que soy yo

El Predicador de la Casa Pontificia, el capuchino Raniero Cantalamessa, condensó su mirada en la figura de Jesús cuando elaboró los ejercicios espirituales con el Papa y la Curia romana para la Cuaresma de 2021. Más allá de centrarse en la imagen que dan los evangelios y la Iglesia de Cristo, los ejercicios, ampliados con algunas reflexiones complementarias, apuntan a la necesidad de conocer a Cristo, hombre y Dios verdadero, en persona, de hacerlo nuestro para que nos acompañe en cada paso que demos en el camino de nuestra vida. Un libro válido para obispos y sacerdotes, pero también para seminaristas, catequistas, profesores de Religión o, simplemente, para quienes tienen curiosidad por saber quién es Jesús y qué dice la Iglesia sobre él.
62 printed pages
Copyright owner
Bookwire
Original publication
2022
Publication year
2022
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Quotes

  • Tania Pinedahas quoted2 years ago
    La gente ha caído en la tonta costumbre de hablar de la ortodoxia como de algo pesado, monótono y seguro. Y nunca hubo nada tan peligroso y apasionante como la ortodoxia. Era sensatez; y ser sensato es más dramático que ser loco. Era el equilibrio de un hombre conduciendo caballos desbocados; parecía tumbarse aquí y desviarse allí, y no obstante, en cada posición conservaba la gracia estatuaria y la precisión aritmética3.
  • Tania Pinedahas quoted2 years ago
    Los dogmas son «estructuras abiertas», dispuestas a acoger todo lo que de nuevo y genuino descubre cada época en la palabra de Dios. Están abiertos a evolucionar desde dentro, con tal de que estén siempre «en el mismo sentido y en la misma línea»
  • Tania Pinedahas quoted2 years ago
    En otras palabras, no hablamos para convencer a los demás, a los no creyentes, de que Jesucristo es el Señor, sino para que se convierta cada vez más verdaderamente en el Señor de nuestra vida, nuestro todo, hasta el punto de sentirnos, como el Apóstol, «conquistados por Cristo» (Flp 3,12) y poder decir con él, al menos como un deseo: «Para mí vivir es Cristo» (Flp 1,21).
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