qué modo, hasta qué punto es un maestro, un pedagogo, responsable de los actos de sus discípulos, unos actos posiblemente pervertidos, posiblemente fundados en malas interpretaciones?
Qué tanta responsabilidad hay que atribuirle al docente por haber enseñado a un discípulo que resultó homicida, acabó en la cárcel o, peor, que le costó la vida.