AGRADECIMIENTOS
A la Casa Estudio Cien Años de Soledad y a Juan Villoro, su director de proyectos, por invitarme en septiembre de 2022 a una residencia literaria en Ciudad de México que me permitió transcribir parte de las entrevistas que realicé para este libro, entre otras (muchas) cosas.
A Matías Rivas. Por la larga risa de todos estos años. Por el rescate.
A Maco Somigliana. Él sabe.
A Facundo Fernández Barrio.
A Gabriel Plaza.
A José Luis Juresa, por Helgoland.