Ali Hazelwood

Ali Hazelwood – No es amor

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted2 days ago
    Eli entendió lo que querían decir mis palabras, sonrió, me cogió la mano y me puso el anillo en el dedo. No se levantó, sino que enterró la cara en mi vientre, acurrucándose contra mí.

    Le pasé la mano por el pelo, miré los árboles, olí la tierra y le dije:

    —Estaba tan equivocada.

    —¿Sobre qué? —preguntó contra mi camiseta. Eso significaba que probablemente no veía mi sonrisa, una lástima, la verdad.

    —Sobre si mi historia algún día llegaría a ser feliz.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    —¿Y todo esto no será porque te gusta mucho la cabaña? ¿Y mi patente?

    —Sí, Rue. Te pido que te cases conmigo porque Texas es un estado con régimen de gananciales y quiero poseer la mitad de tus cosas. Acabas de destapar mi gran estafa. ¿Te vas a desmayar?
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    —Me… ¿Es así como se declara la gente? —Era una pregunta genuina.

    —No estoy seguro. —Eli se encogió de hombros—. Es mi primera vez.

    —No lo es. Has estado prometido.

    —¿En serio?

    —La he conocido. Es muy amable. Nos hizo la cena y…

    —Ah, sí, ahora que lo dices… Bueno, ese compromiso surgió un día que nos miramos y decidimos que era lógico dar el siguiente paso y casarnos. No llegó a haber una propuesta de matrimonio.

    —Entiendo.

    «¿Te gustaría casarte algún día?»

    Había preguntado eso, ¿verdad?

    —¿No deberías…? —Se me sonrojaron las mejillas. Estaba mareada—. ¿No deberías hincar la rodilla?

    Se miró a sí mismo. De hecho, estaba de rodillas. Sobre una rodilla. Y yo también lo estaba viendo. Pero es que estaba… aturdida. Eso era.

    —¿Y tener un anillo? —añadí.

    —Madre mía, Rue. —Tenía una sonrisa alegre—. Muy tradicional te me pones para ser alguien que me deja atarla a la cama y meterle plugs por más de un agujero cada pocos días.

    —No es eso. —Respiré hondo. Intenté pensarlo con calma—. Es que no me parece buena idea hacerlo de manera impulsiva. No puedes declararte por capricho en medio de un paseo. Creo que deberías pensarlo con detenimiento. Asegurarte de que es lo que quieres de verdad.

    Puso los ojos en blanco, suspiró y se sacó algo del bolsillo. Era un…

    Ahogué un grito.

    —¿Mejor ahora?

    —¿Cuándo lo has…?

    —Hace unos once meses y tres semanas.

    Se me iban a salir los ojos de las órbitas.

    —Eso es de estar mal de la cabeza.

    —Lo sé. Eso te pasa por preguntar.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    —Oye, Rue.

    —Dime —respondí distraída.

    —Ya que estamos aquí…

    —¿Sí?

    —Me preguntaba…

    Me di la vuelta. Seguía atándose los zapatos con la cabeza gacha.

    —¿Qué opinas del matrimonio?

    Levantó la vista. Me miró a los ojos. Sus palabras flotaron en mi mente durante unos segundos sin ser procesadas. Y entonces caí en el significado de lo que me estaba preguntando. De repente, me sentía acalorada.

    —¿Qué has dicho?

    —Matrimonio. ¿Te gustaría casarte algún día?

    Abrí la boca. Y abierta se quedó.

    —Conmigo, quiero decir. Debería haberlo especificado.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    (No obstante, tenía que admitir que Tiny cada vez me caía mejor).

    (Básicamente, estaba dispuesta a dar la vida por aquella bestia, y yo no era propensa a exagerar).
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    —Y voy a… Voy a querer verte todos los días. Aprenderé a cocinar más platos, te prepararé tápers y te dejaré notas bonitas dentro. Te preguntaré si quieres dormir en tu casa o en la mía y siempre daré por hecho que vamos a pasar la noche juntos.
    Pensaré en ti todo el puto rato. Contaré con que seré yo quien se encargue de regarte las plantas cuando estés fuera de la ciudad. Te cogeré de la mano en público. Te besaré en público. Te organizaré fiestas sorpresa con la ayuda de tu amiga. Te enviaré cien mensajes al día para compartir las tonterías que crea que te harán gracia. Voy a ser empalagoso de cojones, Rue. ¿Podrás soportarlo? ¿Podrás soportarme como novio? —La palabra «novio» se quedaba tan corta como lo de «estar juntos». Por ahora, se dijo a sí mismo. Por un rato.

    —Se me da fatal responder a los mensajes.

    —Ya.

    —Y no me gustan las fiestas sorpresa.

    —Lo sé.

    —Pero el resto… —Rue sonrió contra su pulgar—. Sí, por favor.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    —Si todavía deseas que te quiera, creo de verdad que puedo hacerlo. Porque ya lo hago —añadió Rue. Dos lágrimas recorrieron sus pómulos—. Y, si ya no lo deseas, supongo que me tocará quererte de todos modos. Pero si pudieses darme otra oportunidad…

    —Madre mía. —Quería reírse. Quería levantarla en brazos y dar vueltas con ella. Quería pedirle que se casara con él en ese mismo momento, antes de que cambiara de opinión.

    Ella apretó la mandíbula.

    —¿Eso es un no a lo de darme una segunda oportunidad?

    —Por Dios, eres tan… —Eli negó con la cabeza y luego le rodeó el rostro con las manos y se inclinó para estar más cerca. Respiró su aroma—. Te quiero, Rue. Tú eres la única oportunidad que existe.

    A ella le brillaron los ojos.

    —¿Sí?

    —Sí.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    —¿Qué es lo que quieres, Rue? —le preguntó.

    —Intento verbalizarlo, pero no se me da muy bien.

    —No me digas. —Las pálidas mejillas de Rue se sonrojaron—. Di lo que quieras decir y hazlo ya —le ordenó—. Tienes dos minutos.

    Ella perdió treinta segundos mirando a su alrededor, buscando quién coño sabe qué, y a Eli empezó a hacérsele un nudo en el estómago por el temor a que, una vez más, hubiera interpretado demasiadas cosas en tan poco. Sin embargo, al final respiró hondo y habló con un tono sólido y seguro:

    —Pensaba que nunca podría ser feliz. Pero contigo, Eli… Nunca me había sentido como me siento contigo. Jamás. Y creo que por eso he tardado tanto en poder describirlo con palabras.

    Eli notaba los latidos del corazón en la garganta.

    —¿Qué palabras?

    —Segura —respondió ella.

    Él se obligó a guardar silencio.

    —Y aceptada.

    Más silencio. Le costó más esta vez.

    —Y suficiente.

    Ahí ya no pudo soportarlo.

    —Rue. Siempre has sido más que suficiente.

    Ella apartó la mirada. Levantó el dorso de la mano para limpiarse la mejilla.

    —Y algo más. Algo para lo que no tenía vocabulario. Estaba creciendo entre nosotros y no sabía cómo llamarlo. Incluso cuando por fin pude imaginar la vida como algo compartido. Incluso cuando empecé a confiar en ti. Incluso cuando mi mente pasó a estar ocupada por ti a todas horas. Nunca había existido en mi vida alguien como tú, y pasé mucho tiempo sin encontrar la palabra.

    —¿Qué palabra?

    —Amor.

    El mundo se detuvo. Dio un vuelco. Luego volvió a su estado original, pero más radiante. Más nítido. Más dulce.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    Si te sirve de algo, lo siento de verdad, Rue. Ellos me importaban y no les habría hecho daño si no hubiese sido absolutamente necesario. Y tú también me importas, lo creas o no.

    —Lo creo. Lo que ocurre es que te importas más tú, y estás en todo tu derecho. Igual que yo estoy en mi derecho de preferir no tener a mi lado a alguien dispuesta a hacerme daño solo para salir adelante.

    Su mirada se endureció.

    —Entonces te quedarás sola, Rue.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted3 days ago
    —¿Quieres que te cuente una historia, Rue?

    Asentí al instante. Necesitaba algo, cualquier cosa que me ayudara a entender.

    —Hark y Minami rompieron hace más de diez años, pero él nunca lo ha superado. Nunca. Yo no lograba entender por qué no pasaba página cuando era evidente que ella sí lo había hecho. «Yo jamás haría algo así», pensaba. Estaba segurísimo.
    Y entonces, Rue, te conocí. Llegaste y, como si nada, partiste mi vida en dos: el antes y el después de ti. —Esbozó una sonrisa. Por un momento pareció realmente feliz—. De todas las personas que he conocido, de las cosas que he deseado, de los lugares en los que he estado, ninguno me ha parecido tan necesario como tú. Porque te quiero. Te quiero de una forma que no creía ser capaz de sentir. Te quiero porque me has enseñado a enamorarme. Y no me arrepiento, Rue. No querría que fuese de otra manera. Aunque nunca llegues a corresponderme. Aunque nunca vuelvas a pensar en mí después de hoy. Aunque al final resulte que tenías razón y no seas capaz de amar.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)