—Sin embargo, parece que a mí me han echado una maldición. Si continuo buscando al inexistente hombre ideal, me volveré loca.
—Ese hombre existe, Haley —contestó Laura con tono dulce—. Lo único que pasa es que no ha aparecido aún.
—No es verdad. Han aparecido cientos de ellos. Al principio son encantadores, pero en cuanto te das la media vuelta muestran su verdadera identidad.