—No lo engañaste —dije, con infinita paciencia—. Entonces, cuando estabas con él, eras heterosexual.
—¿Quieres decir que no era una lesbiana reprimida?
El psicoanálisis y la psicología han hecho mucho daño a la pequeña burguesía. Mi amante pertenecía a esa clase mezquina, corrupta, hipócrita y cobarde. Siempre he preferido a la aristocracia: no conoce el sentimiento de culpa. Pero mi reserva de aristócratas estaba casi agotada.
—No, no lo eres, querida —dije.