Nocturnos

Yo era una estrella y eso era lo único que le importaba. Yo era la materialización de sus sueños, lo que había planeado conquistar en aquel pequeño restaurante. Amarme o no amarme no estaba previsto. Pero veintisiete años de matrimonio pueden engendrar cosas curiosas. Mucha parejas se quieren desde el principio, luego se cansan y terminan odiándose. Pero a veces es al revés

–Naturalmente –dijo Tilo–. Es una falta de consideración por nuestra parte. Sonja y yo hemos actuado en circunstancias tan extrañas que nos hemos vuelto insensibles a las necesidades de los demás músicos.

si la intuición no me engañaba, Emily volvería a pensar en lo sucedido con la agenda y esta vez llegaría a la conclusión de que el ataque no había sido tan trivial

Había incurrido en el error inicial: no me había identificado suficientemente con Hendrix

Al margen de la limpieza y el orden, se había organizado con estilo, con muebles modernos de diseño y objetos de intención artística, aunque un observador poco amable habría dicho

Back at Culver City

No la inacabada, sino otra.

Fred Astaire, Chet Baker y Sarah Vaugha

«Cheek to Cheek» de Irving Berlin y «Begin the Beguine» de Cole Porter, mientras que yo me inclinaba por las baladas agridulces, «Here’s That Rainy Day» o «It Never Entered My Mind».