Retrato en sepia

No podía concebirse dos mujeres más diferentes, la Lowell nada ambicionaba, vivía al día, desapegada, libre, sin miedo; no temía la pobreza, la soledad o la decrepitud, todo lo aceptaba de buen talante, la existencia era para ella un viaje divertido que conducía inevitablemente a la vejez y la muerte; no había razón para acumular bienes, puesto que de todos modos a la tumba se iba en cueros, sostenía.

Una mujer demasiado bella no puede escapar del deseo que provoca.

apasionada e idealista, escribía poesía filosófica que nunca pudo publicar, sufría de un hambre insaciable de conocimiento y tenía la intransigencia ante las debilidades ajenas propia de los seres demasiado inteligentes.

apasionada e idealista, escribía poesía filosófica que nunca pudo publicar, sufría de un hambre insaciable de conocimiento y tenía la intransigencia ante las debilidades ajenas propia de los seres demasiado inteligentes.

Era apasionada e idealista, escribía poesía filosófica que nunca pudo publicar, sufría de un hambre insaciable de conocimiento y tenía la intransigencia ante las debilidades ajenas propia de los seres demasiado inteligentes.

te dio cerebro para usarlo; pero te advierto que el camino de la rebelión está sembrado de peligros y dolores, se requiere mucho valor para recorrerlo. No está de más pedir a la Divina Providencia que te ayude un poco…