Seléne creció en Antioquía, una ciudad que en el siglo I era un hervidero humano, un microcosmos del inmenso imperio de Roma. Mera, la mujer a la que consideraba su madre, era sanadora, y de ella, Seléne aprendió el oficio.Seléne recorre los grandes centros de la civilización de la época: Babilonia, Jerusalén, Alejandría …., hasta llegar a la Roma de Nerón.Ambientada en un universo evocador, que retata con fidelidad, El fuego de la vida es un relato de amores, sacrificios y esperanzas que Barbara Wood engarza con la verosimilitud de las grandes novelas históricas.