El hermano de Savannah no debería haber falsificado la firma de Ethan en los papeles del banco de esperma, pero sabía cuánto deseaba ella tener un hijo. Además, le había prometido encontrarle “un buen padre”… El problema era que el mejor candidato que se le ocurrió fue Ethan McKenzie, antiguo jefe de Savannah. Hacía años que nadie tenía noticias de él, así que no pasaría nada si decidía seguir adelante sin su permiso. Savannah conseguiría el hijo que tanto anhelaba y Ethan no se enteraría jamás. A menos que…