Encontraste un alma

El dolor nos da todo lo que necesitamos —

nos da las llaves del reino de los muertos,

nos empuja por la puerta cuando aún dudamos.

«La seguridad que tengo en mí misma se debe a que [he] descubierto mis dimensiones. No me conviene hacerme menos de lo que soy».

Buscabas una flor
y encontraste un fruto.
Buscabas una fuente
y encontraste un mar.
Buscabas una mujer
y encontraste un alma —
estás decepcionado.

(El autor debe callarse la boca cuando su obra la abre). Södergran decidió entonces escribirle una carta a Hagar Olsson

En su tumba rezan estos versos suyos:

Aquí está la orilla de la eternidad,

aquí ruge la corriente

y en los arbustos toca la muerte

su misma melodía monótona.

No hay nadie que tenga tiempo en el mundo

aparte de Dios.

Todo lo que está muerto es maravilloso

e inefable:

una hoja muerta y una persona muerta

y la esfera lunar.

Los árboles de mi infancia se yerguen jubilosos a mi alrededor

Y el suelo, las flores y las piedras hablan al niño en su lengua,

y el niño les responde balbuciendo en el idioma de la creación.

Cuando llegó el caballero la doncella era roja y blanca,
pero yo tengo ojeras negras bajo los ojos.