Es posible, como lo señalan los científicos estadunidenses Juan Enríquez y Steve Gullans, en su libro Evolving ourselves, que a largo plazo el avance tecnológico origine en realidad a múltiples especies artificiales de Homo posteriores a nosotros, que podría yo aquí incluso nombrar (junto con Homo roboticus) como Homo tecnologicus, Homo digitalis, Homo transistoricus, Homo artificialis, Homo sinteticus, Homo graphenus, Homo cyborgensis u Homo ciberneticus, por ejemplo, en alusión a los diferentes tipos de tecnologías que los hayan originado