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Peter Kropotkin

La Conquista Del Pan

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  • Kenny Guevara Echevarríahas quotedlast month
    Cada nación halla ventaja en combinar dentro de su territorio la agricultura con la mayor variedad posible de fábricas y manufacturas. La especialización de que los economistas nos han hablado era buena para enriquecer a algunos capitalistas; pero no tiene razón de ser, y por el contrario, es muy ventajoso que cada país pueda cultivar su trigo y sus legumbres y fabricar todos los productos manufacturados que consume. Esta diversidad es la mejor prueba del completo desarrollo de la producción por el concurso mutuo y de cada uno de los elementos del progreso, mientras que la especialización es la contención del progreso.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quotedlast month
    Por último, compréndese que el empleo más ventajoso de todos los productos es el que satisface las necesidades más apremiantes, y que el valor de utilidad no depende de un simple capricho, como se ha afirmado a menudo, sino de la satisfacción que da a necesidades reales.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quotedlast month
    Pero no se trata de eso. Nos dicen que el labrador produce más trigo del que consume. Pudiera decirse más bien que, habiéndole quitado una buena parte de sus productos el Estado bajo la forma de impuesto, el sacerdote en forma de renta, se ha creado toda una clase de hombres que en otros tiempos consumían lo que producían —salvo la parte dejada para imprevistos o los gastos hechos en árboles, caminos, etcétera—, pero que hoy se ven obligados a alimentarse de castañas o de maíz, a beber aguapié, habiéndoles quitado el resto el Estado, el propietario, el sacerdote y el usurero.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quoted2 months ago
    no perdamos de vista el objetivo de toda producción, que es la satisfacción de las necesidades.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quoted2 months ago
    Pero después de haberlos seguido hasta allí, no —estamos más adelantados; y si les preguntamos: “¿Cómo es que a tantos millones de seres humanos les falta el pan, cuando cada familia podría producir trigo para alimentar a diez, veinte y hasta cien personas al ano?”, nos responden con el mismo estribillo: “División del trabajo, salario, sobrevalor, capital”, etcétera, llegando a sacar por consecuencia que la producción es insuficiente para satisfacer todas las necesidades, consecuencia que, aun cuando fuese cierta, no responde en modo alguno a la pregunta: “¿Puede o no puede, trabajando, producir el pan que necesita? Y si no puede, ¿qué se lo impide?”
  • Kenny Guevara Echevarríahas quoted2 months ago
    Ya hemos dicho que la miseria fue la causa primera de las riquezas, quien creó, al primer capitalista; porque antes de acumular el “exceso de valor” de que tanto gusta hablar, era preciso que hubiese miserables que se avinieran a vender su fuerza de trabajo para no morirse de hambre. La miseria es quien ha hecho a los ricos. Y si los progresos fueron rápidos en el curso de la Edad Media, es porque las invasiones y las guerras que siguieron a la creación de los Estados y el enronquecimiento por la explotación en Oriente, rompieron los lazos que en otros tiempos unían a las comunidades agrícolas y urbanas y las condujeron a proclamar, en vez de la solidaridad que antes practicaban, ese principio del asalariamiento, tan grato a los explotadores.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quoted2 months ago
    si estamos hoy en un callejón sin salida del cual no podemos pasar sin acometer a fuego y hierro las instituciones del pasado, es precisamente por un exceso de cálculos, por culpa de habernos dejado conducir a no dar sino para recibir; es por haber querido hacer de la sociedad una compañía comercial basada en el debe y haber.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quoted2 months ago
    “¡Las obras de cada uno!” Las sociedades humanas no vivirían dos generaciones seguidas, desaparecerían dentro de cincuenta años, si cada cual no diese infinitamente más de lo que se le retribuya en moneda, en bonos o en recompensas cívicas. Se extinguiría la raza si la madre no gastase su vida por conservar la de sus hijos, si el hombre no diese algo sin interés, sobre todo donde no espera ninguna recompensa.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quoted2 months ago
    “A cada uno según sus obras”, dicen los colectivistas, o sea, según su parte de servicios prestados a la sociedad. ¡Y tal principio se recomienda para ponerse en práctica cuando la revolución haya puesto en común los instrumentos de trabajo y todo lo necesario para la producción!

    Pues bien; si la revolución social tuviese la desgracia de proclamar este principio, sería impedir el desarrollo de la humanidad; seria abandonar, sin resolverlo, el inmenso problema social que nos han legado los siglos anteriores.

    En efecto, en una sociedad como la nuestra, donde vemos que cuanto más trabaja el hombre menos se le retribuye, este principio puede parecer al pronto como una aspiración hacia la justicia.

    Pero en el fondo, no es más que la consagración de las injusticias del pasado. Por ese principio comenzó el asalariamiento, para venir a parar a las odiosas desigualdades y abominaciones de la sociedad actual. Porque desde el día en que comenzaron a valorar en moneda o en cualquier otra especie de salario los servicios prestados; desde el día en que se dijo que cada uno sólo tendría aquello que consiguiera hacerse pagar por sus obras, estaba escrita de antemano, encerrada en germen en este principio, toda la historia de la sociedad capitalista con ayuda del Estado.
  • Kenny Guevara Echevarríahas quoted2 months ago
    En la sociedad actual, cuando vemos pagarse a un ministro cien mil pesetas al año, mientras que el trabajador tiene que contentarse con mil o menos; cuando vemos al contramaestre pagado dos o tres veces más que el obrero, y que entre los mismos obreros hay todas las gradaciones, desde diez pesetas diarias hasta los treinta céntimos de la campesina, desaprobamos el alto salario del ministro, pero también la diferencia entre las diez pesetas del obrero y los treinta céntimos de la pobre mujer, y decimos: “¡Abajo los privilegios de la educación, igual que los del nacimiento!” Somos anarquistas, precisamente porque tales privilegios nos sublevan.

    He aquí por qué, comprendiendo ciertos colectivistas la imposibilidad de mantener la escala de los salarios en una sociedad inspirada por el soplo de la revolución, se apresuran a proclamar que los salarios serán iguales. Pero se estrellan contra nuevas dificultades, y su igualdad de los salarios es una utopía tan irrealizable como la escala de los otros colectivistas.

    Una sociedad que se haya apoderado de toda la riqueza social y proclamado que todos tienen derecho a ella —cualquiera que fuese la participación que en crearla hubieran tomado antes—, se verá obligada a abandonar toda idea de asalariamiento, sea en moneda, sea en bonos de trabajo, bajo cualquier forma que se presente.
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