De un barril de 30 litros se pueden servir 120 dobles, que se cobran entre 2,5 y 3 euros. De un barril que cuesta 72 euros, la ganancia es de alrededor de 200. De un libro que cuesta 15 euros, la librería que lo vende retiene un porcentaje del 30%. Es decir, 4,5 euros. De ese porcentaje que recibe la librería hay que pagar el alquiler, la luz y el agua. ¿Quién, en su sano juicio, apostaría por un establecimiento cultural en lugar de invertir en un bar en España?